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Cuarto Rojo

Solía ser grande pero de tanto uso se hizo pequeño, nadie se explica porqué, actualmente en su puerta hay un cartel que anuncia su urgente ocupación con trato directo e incluso el uso de mensualidades sin intereses y no es que el dueño necesite el dinero más bien que aquel cuarto no se quede abandonado como le ha pasado a otros en el edificio. El último ocupante era una persona extravagante con ese pensamiento que tenia Andy Warhol y visión de Banksy; esta persona amaba los amaneceres y desde que entró al cuarto decidió romper la pared principal para hacer la ventana más grande de todo el edificio; ningún vecino estaba de acuerdo en sus decisiones y en el hecho de que el viviera ahí, todos tenían la sensación de que el traería problemas, unos muy grandes. Un par de veces se lo hicieron saber al dueño pero él respondía con un rotundo “no me interesa” completamente convencido de sus palabras. Después de la modificación de la ventana que era tan grande como su ego, decidió pintar todas las paredes rojas a pesar de que el cuarto tenía un color Salmon recién pintado por el dueño, los muebles victorianos que le había regalado al ocupante aparecieron al mes en la calle, el solo quería un sillón, para ver el amanecer. El dueño se encontraba totalmente confundido ante sus acciones pero aun así le daba todo lo que él pedía por raro que fuese, un año después el ocupante se cansó del amanecer ya no le importaba nada y su ansiedad comenzaba a reflejarse en el cuarto; la paredes ahora eran negras ya no estaba el sillón y había una pestilencia en el aire que no era de suciedad más bien de inmundicia e insatisfacción, el ocupante dejó de hacer pedidos extraños y comenzó a ausentarse, un día no volvió más. El dueño no resintió la falta de pagos del ocupante mucho menos el desorden de ese cuarto que quedó, más bien si su función como dueño fue la correcta.

El cuarto que volvió a ser rojo por decisión del dueño sigue sin ser ocupado, tal vez sea porque la ventana intimida a los interesados o porque los interesados intimidan al dueño.